Tras años de pausa por la pandemia, el Gobierno retomó en octubre el pago de los préstamos estudiantiles. “Es ridículo que la educación en EE.UU. sea tan cara”, se queja Ana Paula Cortés, una mexicana que se graduó de escritura creativa en Nueva York a un costo que ahora lamenta.
De Ana Teresa Solá y Annie Nova —CNBC
Ana Paula Cortés se graduó de la Universidad de Nueva York en 2021 con una maestría en escritura creativa… y 100,000 dólares en deudas estudiantiles.
Cortés, una ciudadana estadounidense que creció en México, tuvo que pagarse su carrera por su cuenta. A ella y a sus dos hermanos los crió su madre soltera, y sus finanzas estaban complicadas.
“No estábamos luchando por tener comida en la mesa, pero nunca tuve mucho dinero”, dijo Cortés, de 29 años.
El Gobierno de Biden reanudó el 1 de octubre los pagos de préstamos estudiantiles, inactivos durante más de tres años. Se prevé que la reactivación ponga en apuros financieros a millones de deudores.
Sin embargo, los problemas pueden ser especialmente graves y duraderos entre los prestatarios latinos, que tienden a ganar menos dinero que los blancos no hispanos y se atrasan en sus préstamos a un ritmo más alto, según defensores de los consumidores.
David Ferreira, gerente sénior de asuntos gubernamentales del Centro para Préstamos Responsables, destacó que estas circunstancias hacen “probable que los latinos retrasen decisiones financieras importantes, como comprar una casa, debido a sus préstamos estudiantiles, lo que en última instancia los mantiene en un ciclo de deuda”.
“Es rifículo que la educación sea tan cara”
Después de obtener su título universitario en México, la madre de Cortés instó a su hija a realizar una maestría en Estados Unidos, pero solo pudo financiarla endeudándose.
“Creo que es ridículo que la educación en Estados Unidos sea tan cara”, dijo Cortés.
Según datos analizados por el think tank Brookings Institution, las familias blancas no hispanas en Estados Unidos tienen una riqueza media anual de 188,200 dólares, mientras que las familias hispanas generan un ingreso medio al año de 36,100 dólares.
Y de acuerdo con la organización activista UnidosUS, en 2016 aproximadamente la mitad de las familias hispanas no pudieron contribuir con nada a los costos de la educación superior de sus hijos.
“La mayoría de los latinos que asisten a instituciones de educación superior son los primeros en sus familias en ir a la universidad, y la mayoría proviene de hogares con ingresos más bajos”, explicó Elizabeth Zamudio, vicepresidenta de educación de UnidosUS.
A esto se suma que los alumnos latinos suelen trabajar al mismo tiempo que estudian, por lo que tienden a tardar más en graduarse de la universidad, según expertos. El estrés financiero y las cargas de cuidado llevan a que la mitad de los estudiantes hispanos digan que les resulta “muy difícil” o “difícil” permanecer en su programa de educación postsecundaria, según una encuesta reciente de Gallup.
Piden menos préstamos, pero pasan más trabajo para pagar
El experto en educación superior Mark Kantrowitz señaló que si bien los latinos piden menos préstamos que sus pares blancos para pagar la universidad, cuando los piden, “enfrentan desafíos para pagar”.
Las tasas de incumplimiento de los préstamos estudiantiles para los estudiantes blancos con títulos de licenciatura rondaron el 3%, en comparación con cerca del 10% para los graduados universitarios hispanos, según datos proporcionados por Kantrowitz.
A mediados de 2021, alrededor del 40% de los estudiantes hispanos prestatarios habían incumplido en algún momento su préstamo, en comparación con el 29% de los estudiantes blancos prestatarios, según Pew Trusts.
Los estudiantes latinos no sólo provienen de hogares menos ricos, sino que también tienden a cobrar menos que sus pares blancos mucho después de graduarse. El ingreso semanal promedio de los trabajadores blancos es de alrededor de 1,100 dólares, mientras que el de los trabajadores hispanos es de 850 dólares.
Al principio de la crisis de salud pública, cuando los hispanos tenían el doble de probabilidades que los blancos de perder sus empleos, Cortés fue despedida de su puesto como creadora de contenido para una aplicación.
Ha sido difícil para ella encontrar otro puesto de tiempo completo en su campo. Y por ahora, trabaja como niñera de gatos para pagar sus cuentas.
“Uno termina desesperado por conseguir un trabajo porque tiene muchas deudas”, dijo Cortés.