MIAMI, Florida – Terremotos, sismos o temblores no son nada fuera de lo común en la zona oriental de Cuba, una región que tiende a ser golpeada por movimientos telúricos, donde ocurre el 70% de la actividad sísmica en el Caribe.
Esto se debe a que justo por la zona oriental de Cuba extendiéndose hacia el norte de la República Dominicana se extiende el límite entre la placa de Norteamérica y la placa del Caribe.
Hay tres tipos de movimientos tectónicos. Divergentes, esto quiere decir que las placas tectónicas se alejan de cada una. Convergentes, lo que significa decir que las placas tectónicas chocan y una de ellas suele hundirse bajo la otra. Y las transformantes que es cuando dos placas tectónicas se mueven de lado a lado rozándose, produciendo terremotos, y este moviendo suele ocasionar sismos muy fuertes.
La placa de Norteamérica y la placa del Caribe son placas transformantes. La de Norteamérica tiende a moverse al oeste alrededor de 20 mm cada año, mientras que la del Caribe se mueve al este.
La magnitud de los terremotos crece exponentemente, por ello los daños se multiplican rápidamente cuando pasan de una magnitud a otra. Usualmente los terremotos inferiores a magnitud tres no suelen sentirse, y solo se sienten los mayores de magnitud cuatro.
En cuanto a daños, por supuesto, tiene que ver mucho con la infraestructura, pero por lo general los terremotos de magnitud 5 en adelante suelen dejar daños en las estructuras. Hay cerca de 1,500 terremotos de magnitud cinco cada año a nivel mundial. Mientras que las magnitudes de los terremotos van aumentando tienden a haber menos en promedio cada año a nivel mundial. El promedio de magnitud seis son de alrededor 120 al año.
Un terremoto de magnitud 7 libera la energía equivalente a alrededor de 32 bombas atómicas de Hiroshima, cerca de 1,000 millones de libras de explosivo.
Por supuesto, no todos los terremotos son iguales, incluso ni cuando se comparan dos de la misma magnitud. en esos casos se tiene que considerar la profundidad a la que el terremoto ocurre debajo de la tierra. Mientras el terremoto sea más profundo menos daños suelen dejar y también menos suele sentirse. Pero si un terremoto fuerte ocurre más cerca de la superficie o con menos profundidad suelen haber más daños y usualmente podrían ser catastróficos.
En los terremotos también está el factor agua. Ya que el movimiento telúrico puede ocasionar el movimiento del mar, muchas veces abrupto, dependiendo del movimiento de las placas, profundidad e intensidad. Este movimiento puede ocasionar tsunamis. El terremoto de magnitud 6.8 que ocurrió en el sureste de Cuba afortunadamente no dejó riesgo de tsunami para el Caribe o ninguna otra parte del mundo.