BERLÍN — Las tensiones están aumentando en Alemania este domingo, cuando los manifestantes se pronunciaron contra las iniciativas de campaña del partido ultraderechista AfD. Este tenso contexto indica lo que está en juego en una elección centrada en la inmigración, el estancamiento económico y Ucrania, mientras Alemania se prepara para un polémico proceso de formación de coaliciones.
Las urnas están abiertas en toda Alemania mientras la tercera economía más grande del mundo elige a un nuevo líder para guiarla en una era de febriles debates sobre inmigración y relaciones agrias con Washington.
Hasta ahora, la oposición conservadora de Alemania está a la cabeza con el 28.5% de los votos, según las encuestas a la salida de las urnas. Le sigue la ultraderechista AfD con el 20%, mientras que el SPD de Olaf Scholz se sitúa en tercer lugar con el 16.5%.
La votación es inusualmente dramática para el país más poblado de Europa, un lugar que normalmente se enorgullece de tener votaciones rutinarias y sin complicaciones. Esta vez, eso se ha visto alterado por una serie de ataques de alto perfil por parte de personas de origen inmigrante, lo que ha creado un ambiente acalorado del que el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania está tratando de sacar provecho.
El apoyo voluble del gobierno de Trump a la AfD ha provocado aún más revuelo, lo que ha sorprendido a muchos de los oponentes del partido en un país que todavía desconfía profundamente de su pasado nazi.
Dos horas antes de que se publicara la encuesta a la salida de las urnas, aproximadamente 100 manifestantes subieron a un tren en Berlín rumbo a la fiesta electoral de la AfD en el suburbio norteño de la ciudad de Wittenau.
Los manifestantes iban acompañados de tres docenas de agentes de policía y, al llegar, una mayor presencia policial estableció un perímetro alrededor del lugar para evitar enfrentamientos.
Algunos manifestantes llevaban carteles que etiquetaban a la AfD como “nazi”.
“Esto habla por sí solo”, dijo Jenny, de 32 años, una empleada bancaria que sostenía el cartel de cartón y que se negó a dar su apellido. “Este partido es muy peligroso; no solo son de derechas sino fascistas”, añadió. “Por eso es importante proteger nuestra democracia”.
