Diferencias en el sepelio de Bendicto XVI y Francisco

Dando muestra de la sencillez que en vida lo caracterizó, Francisco decidió hacer algunos cambios para su funeral y simplificar el ritual.

Entre una de las novedades más destacadas se encuentra el féretro, que no está ubicado en una plataforma elevada, como es tradición, sino en el suelo y frente a los bancos de rezo.

El pontífice cambió los ritos funerarios para asegurarse de que le recordaran como “un pastor y un discípulo” y no como “un poderoso hombre de este mundo”, en palabras del arzobispo Diego Ravelli, maestro de Ceremonias Apostólicas.

Francisco yace en el féretro abierto en la capilla ardiente, vestido con ropajes rojos y la mitra de obispo; en otro cambio de tradiciones, el ataúd es de madera y zinc, en vez de los tres que se solían usar, de ciprés, plomo y roble.

Otro de los cambios es que el papa Francisco no será enterrado en la Basílica de San Pedro, en El Vaticano. El argentino será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, ubicada en Roma, lo que marcaría un cambio significativo respecto a la tradición de enterrar a los pontífices en la cripta vaticana.

Aquí hacemos una breve comparativa entre los actos fúnebres de Francisco, Benedicto XVI y Juan Pablo II.