El gobernador entrante del estado de Washington, Bob Ferguson, describió el miércoles sus planes para ayudar a las personas y al mismo tiempo hacer que el gobierno sea más receptivo y eficiente, durante su discurso inaugural mientras la Legislatura estatal se reunía para su primera semana de sesión.
Ferguson, de 59 años, fue el fiscal principal del estado durante más de una década antes de ser elegido gobernador número 23 de Washington. Reemplaza al gobernador Jay Inslee, una figura política nacional que ha cumplido tres mandatos consecutivos, el más largo en la historia del estado.
Ferguson, demócrata, asume el cargo en un momento en que Washington enfrenta un déficit presupuestario de al menos 12 mil millones de dólares en los próximos cuatro años. Su propuesta presupuestaria prevé reducir el gasto de las agencias estatales en al menos 4 mil millones de dólares, al tiempo que protege la educación primaria y secundaria, la seguridad pública y el sistema de transbordadores.
Pero durante su discurso de 30 minutos, se abstuvo de hablar de números y, en cambio, se centró en la historia de su familia, al tiempo que se dirigía a legisladores específicos, tanto demócratas como republicanos, para expresar su deseo de trabajar con ellos para apoyar a las fuerzas del orden, a los agricultores y a los jóvenes.
“Escuchémonos unos a otros sin distinción de partidos, para que prevalezca el argumento más fuerte”, dijo. “Así es como hacemos nuestro mejor trabajo”.
Ferguson dijo que apoya la legislación Homes for Heroes, que garantiza el acceso a préstamos hipotecarios a bajo interés para oficiales, bomberos y profesionales de la salud. También respalda los esfuerzos para abordar la crisis de salud mental juvenil y dijo que quiere adoptar límites razonables a los poderes de emergencia del gobernador.
Dijo que trabajaría con el presidente Donald Trump “en lo que podamos”, pero agregó: “Lo enfrentaremos cuando sea necesario, y eso ciertamente incluye proteger la libertad reproductiva de los habitantes de Washington”.
Con ese fin, Ferguson dijo que firmaría inmediatamente una orden ejecutiva ordenando al Departamento de Salud convocar una mesa redonda de expertos y formuladores de políticas para trabajar en el tema.
También quiere que el estado apruebe una ley que prohíba a la Guardia Nacional de otros estados venir a Washington para promover cualquiera de las agendas del presidente sin el permiso del estado.
