Las autoridades ordenaron el viernes la evacuación de miles de personas en el norte de Japón ante el riesgo de inundaciones y deslaves causados por un potente tifón que se acercaba por el océano Pacífico.
Vuelos y trenes quedaron suspendidos en el área metropolitana de Tokio y se activaron avisos por fuertes vientos y lluvias torrenciales al paso del tifón Ampil, que se espera que llegue a aguas próximas a la capital el viernes por la noche antes de continuar avanzando hacia el norte. Se prevén tormentas en las regiones de Kanto y Tohoku el sábado.
El tifón tenía vientos sostenidos de 101 millas por hora (162 kilómetros/hora), con ráfagas más fuertes, el viernes por la mañana y se movía en dirección norte a 9.3 mph (15 km/h), dijo la Agencia Meteorológica de Japón. No se espera que Ampil toque tierra y podría debilitarse a tormenta tropical el domingo.
Más de 5,000 hogares se quedaron sin electricidad, la mayoría en las prefecturas de Chiba y Ibaraki, al este de Tokio, y en Saitama, en el norte.
Más de 320,000 residentes de la ciudad de Iwaki, en la prefectura de Fukushima, recibieron una orden de evacuación. Las autoridades designaron más de 30 sitios como zonas seguras para refugiarse, incluyendo gimnasios de escuelas y centros comunitarios.
También había avisos de evacuación en zonas de riesgo en las ciudades de Asahi y Mobarashi, en Chiba. a donde se espera que el meteoro llegue el viernes en la noche.
Disneyland Tokio cerró a las 3 p.m. debido al tifón. Yamato Transport, que realiza entregas de Amazon y otros productos en Japón, dijo que no habría reparto en la capital ni en las zonas próximas afectadas por meteoro el viernes y el sábado.
El tren bala que circula entre Tokio y Nagoya quedó suspendido todo el día, según Ferrocarriles Centrales de Japón, una respuesta habitual a los tifones. Los trenes bala en el noreste del país y algunos trenes locales de Tokio fueron cancelados o circulaban más lento.
Se cancelaron decenas de vuelos con salida y llegada en los dos aeropuertos de Tokio — Haneda y Narita —, además de en los de Kansai, Osaka y Chubu. Las cancelaciones afectan a unas 90.000 personas, según la prensa japonesa. También es posible que se cierren parcialmente al tráfico varias autopistas.
Los aeropuertos y estaciones de tren se llenaron el jueves de gente que adelantaba sus planes de viaje para evitar los problemas causados por el tifón. El viernes amaneció con lluvia y viento en Tokio, aunque la intensidad variaba. Había poco tráfico y aglomeraciones en las calles, lo que se debía en parte al Bon, o el periodo de vacaciones estivales. Las tiendas estaban abiertas.
Las autoridades advirtieron a la población que se mantuviera alejada de ríos y playas y que tuvieran cuidado con los vientos, que podrían lanzar objetos por los aires.
“Esperamos fuertes vientos y un oleaje extremadamente intenso”, dijo Shuichi Tachihara, jefe de predicciones de la agencia meteorológica.
La televisión japonesa mostró a los residentes en Hachijo tapiando las ventanas antes de la llegada de Ampil alrededor del mediodía. En las tiendas, escaseaban el pan y los fideos instantáneos.
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