BARCELONA — El Barcelona dio un golpe de efecto en Madrid. Por fin respondió con la fortaleza que se le supone a un equipo grande y aplastando a un Atlético sin capacidad de respuesta aprovechó el enésimo tropiezo del Girona para ascender a la segunda posición y susurrarle al Real Madrid que LaLiga, por imposible que parezca, no está aún decidida.
Liderado por un monumental Lewandowski, el campeón se agarró a las matemáticas… Por más que el Real Madrid siga a la suya. Siempre se presenta El Sadar como una plaza difícil y siempre, casi siempre, el Madrid somete a un Osasuna con más ganas que acierto. El sábado, a lomos del polémico pero inabordable Vinicius, ganó sin problemas y descontó una nueva fecha para cantar un alirón que se contempla tan cercano alrededor del Bernabéu como aún no sentenciado en Montjuïc.
El Atlético se queda, de momento, fuera de los puestos de Champions, sobrepasado por el Athletic y mirando ambos el derrumbe de un Girona que ya acumula cuatro derrotas consecutivas como visitante, solo ha sumado 7 de los últimos 21 puntos y en seis semanas ha pasado de soñar con pelear el título a temer por asegurar, al menos, la cuarta plaza.
Por abajo se hunde un poco más el Granada, se frena el Cádiz y celebra una victoria de prestigio, sin más, el Almería, que cumplió con el nuevo entrenador, Pepe Mel, para lograr su primer triunfo de la temporada que no le servirá para salvarse.
Se estiraron Celta, Rayo y Mallorca, volverá a padecer el Sevilla y aunque los puestos de descenso parezcan sentenciados, la última plaza del drama se aventura aún abierta.