Por Jonathan J. Cooper – The Associated Press
Una cámara hace clic. En una fracción de segundo, el obturador se abre y se cierra, atrapando para siempre la imagen que tiene delante.
Cuando el obturador de la cámara parpadeó en el interior de una cárcel del centro de Atlanta el jueves, el aparato creó y documentó un pequeño punto de inflexión en la vida de Estados Unidos. Por primera vez en la historia, un expresidente de esta nación ha sido detenido y atrapado en el encuadre de una imagen que suele asociarse con traficantes de drogas o conductores ebrios. Los atributos del poder desaparecieron durante esa fracción de segundo.
Queda una imagen duradera que aparecerá en los libros de historia mucho después de que Donald Trump desaparezca.
“Será para siempre parte de la iconografía de haber estado vivo en esta época”, comentó Marty Kaplan, profesor de la Escuela de Comunicaciones Annenberg, de la Universidad del Sur de California.
En la foto, Trump aparece frente a la cámara con un fondo gris, sus ojos se encuentran con el lente en una mirada intensa. Lleva un traje azul, camisa blanca y corbata roja, los hombros rectos y la cabeza ligeramente inclinada hacia la cámara. Sobre su hombro derecho fue añadido digitalmente el logotipo de la oficina del sheriff.
Algunas de las otras 18 personas que fueron acusadas junto a él en Georgia sonrieron en sus fotos policiales como si estuvieran posando para un anuario. Trump no. Su desafío es palpable, como si estuviera mirando a su némesis a través del lente.
No es cualquier fotografía
Que Trump se enfrente a cargos es ya algo familiar en 2023 para los estadounidenses que le vieron ante un juez en un tribunal de Nueva York o vieron bocetos del interior de las cortes federales de Miami y Washington, donde no se permiten las cámaras.
Esta vez es diferente.
Como dijo Anderson Cooper, presentador de la cadena CNN: “El expresidente de Estados Unidos tiene un número de preso”. Es el P01135809, para ser exactos. Pero hasta que se entregó para enfrentarse a los cargos por sus alegados intentos de robarse las elecciones de 2020 en Georgia, su cuarta acusación este año, evitó tener que posar para la icónica foto de fichaje como millones de acusados de delitos antes que él.
No importa que Trump, como todos los estadounidenses, sea inocente hasta que se demuestre su culpabilidad ante un tribunal; la foto policial, y todo lo que ella representa, tiene un impacto emocional y cultural adicionales.
Una foto policial es una representación visceral del sistema de justicia, un símbolo de la libertad perdida. Deja en la memoria de manera permanente uno de los peores días de la vida de una persona, un momento que nadie pondría un libro de recuerdos. Debe ser particularmente extraña para un hombre nacido en medio de privilegios, quien es famoso por querer estar en control, que presta mucha atención a su imagen y que llegó a ser la figura más poderosa del mundo.
“‘Acusación’ es una especie de palabra incruenta. Las palabras palabras palidecen cuando son comparadas con las imágenes”, afirmó Kaplan, antiguo escritor de discursos del vicepresidente Walter Mondale y guionista de Hollywood. “Una ficha policial es un género. Su marco es: ‘Este es un venado encandilado por las luces [de un auto]. Este es el ladrón que está siendo atrapado’. Es el momento del paseo de la vergüenza”.
Trump ya está evaluando el momento
Es poco probable que Trump trate la foto policial como un momento de vergüenza, a la vez que busca un segundo mandato en la Casa Blanca y lucha contra cargos penales en cuatro jurisdicciones. Su campaña ha experimentado un aumento de las contribuciones cada vez que ha sido acusado.
¿Qué ha pasado con la imagen en sí? Trump no la ha evitado. De hecho, su campaña inventó una mucho antes de que se hiciera realidad.
Meses antes de que le tomaran la foto en Georgia el jueves por la noche, su campaña utilizó la posibilidad de una imagen policial como una oportunidad para recaudar fondos. Por 36 dólares, cualquiera puede comprar una camiseta con una foto policial falsa con las palabras “inocente”. Decenas de diseños similares pueden ser comprados en internet, incluidos muchos que gustan a los críticos de Trump.
Ahora tienen una imagen de verdad con la que pueden trabajar. A los pocos minutos de la publicación de la foto policial, la campaña de Trump la utilizó para recaudar fondos en su página web. “NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA: LA FOTO ESTÁ AQUÍ”, indicó el más reciente correo electrónico de la campaña para conseguir apoyo financiero, que anuncia una nueva camiseta con la imagen. Y esta cita: “Esta foto pasará a la historia como símbolo del desafío de Estados Unidos a la tiranía”.
En una muestra de solidaridad, la congresista republicana Marjorie Taylor Greene publicó en la red social X, antes conocida como Twitter, una foto suya sonriendo ampliamente frente a un fondo gris, con el logotipo de la oficina del sheriff en la esquina superior izquierda para imitar el estilo de la tomada en cárcel. “Estoy con el presidente Trump contra la fiscal comunista Fani Willis”, aseguró, en alusión a la fiscal del condado de Fulton, en Georgia, que convenció a un gran jurado para que acusara a Trump.
La historia reciente está llena de políticos que buscan dividendos políticos con sus fotos tomadas por la policía. En ellas han mostrado grandes sonrisas o sonrisas desafiantes y han intentado sacar lo mejor de su situación.
Sin embargo, ahora se trata de uno de los 45 presidentes de toda la historia de Estados Unidos, no sólo alguien que tuvo las riendas del Gobierno más poderoso del mundo, sino que ocupó un cargo que para muchos hoy en día, tanto en su país como en el extranjero, personifica a Estados Unidos. Ver ese rostro mirando a una cámara cuyo lente no está buscando es un momento potente.
“La imagen fija tiene un poder indiscutible”, declaró Mitchell Stevens, profesor emérito de la Universidad de Nueva York, quien ha escrito un libro sobre el lugar que ocupa la imagen en la sociedad moderna y cómo está suplantando a la palabra.
“De alguna manera congela un momento, y en este caso está congelando un momento infeliz para Donald Trump”, explicó Stevens. “Eso no es algo que pueda eliminar con un golpe. No es algo de lo que pueda simplemente deshacerse. Ese momento perdurará. Y es muy posible que acabe siendo la imagen que la historia conserve de este hombre“.