Por segunda vez en dos días, una jueza federal designada por Trump en Oregon asestó un golpe al Gobierno, al bloquear temporalmente el despliegue de miembros de la Guardia Nacional provenientes de cualquier parte de Estados Unidos a Portland.
La decisión del domingo por la noche amplió un fallo más limitado emitido el sábado, que impedía al Gobierno enviar miembros de la Guardia Nacional de Oregon a la ciudad más grande del estado. El presidente Donald Trump ha dicho que el despliegue es necesario para contener las protestas en un centro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE), una afirmación que autoridades locales y estatales han rechazado enérgicamente.
La audiencia del domingo, convocada de urgencia, se produjo después de que autoridades de Oregon y California objetaran en tribunales la decisión de Trump de reasignar miembros federalizados de la Guardia Nacional desde Los Angeles a Portland, en un aparente intento de eludir la orden del sábado.
“No hay una rebelión en Portland”, afirmaron ambos estados en la moción con la que pidieron ampliar la orden. “No existen leyes que los demandados no puedan ejecutar con fuerzas regulares en Portland”.
Esto es lo que sabemos:
Portland es una de varias ciudades gobernadas por demócratas donde el Gobierno de Trump ha pedido el despliegue de militares federales con el argumento de proteger al personal y los bienes federales de inmigración, en el marco de su amplia ofensiva contra los inmigrantes