Durante los primeros seis meses de la administración Trump, la política migratoria ha priorizado los traslados internos de inmigrantes bajo custodia de ICE más que las deportaciones. Un estudio de Witness at the Border revela que, entre febrero y julio de 2025, se realizaron 5.756 vuelos de ICE, de los cuales solo 992 (18 %) fueron de remoción, mientras que 3.377 (58 %) correspondieron a movimientos dentro de EE. UU., principalmente entre centros de detención.

Si bien la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, afirmó que 1.6 millones de inmigrantes habían abandonado el país en menos de 200 días, la cifra proviene de un estudio del Centro de Estudios de Inmigración (CIS) basado en encuestas, que admite que muchos inmigrantes podrían simplemente no haberse identificado como extranjeros o no haber respondido al censo.

En términos reales, las estimaciones muestran que unas 128.960 personas fueron deportadas vía aérea en esos seis meses, mientras que cerca de 439.000 fueron trasladadas internamente. ICE, por su parte, asegura que la cifra de deportados asciende a unas 150.000 personas desde el regreso de Trump al poder, lo que pone en duda la viabilidad de su promesa de campaña de alcanzar 1 millón de deportaciones anuales. A este ritmo, la cifra se acercaría a unas 260.000 deportaciones en un año.

El comportamiento de ICE bajo Trump 2.0 no difiere demasiado del observado con Biden, quien también destinó la mayoría de los vuelos a traslados internos. Entre 2021 y 2025, el 18 % de las operaciones fueron de remoción, un patrón que continúa con la actual administración.

Los destinos principales de deportación incluyen Guatemala, Honduras, México y El Salvador, mientras que la mayoría de vuelos internos tienen como punto de concentración Texas y Luisiana, donde se ubican los centros de detención más grandes.
En cuanto a costos, se estima que ICE ha gastado cerca de 183 millones de dólares en vuelos entre febrero y julio: alrededor de 96 millones en operaciones de remoción y 87 millones en traslados internos.
Finalmente, el gobierno evalúa la posibilidad de que ICE adquiera su propia flota de aviones, aunque especialistas advierten que la medida podría generar un gasto aún mayor debido al costo de mantenimiento y operación de estas aeronaves.